kaizen con Jaime Rodríguez de Santiago

#53 Modelos Mentales 8: el asesino de ideas, Oceanic 815 y los cuñados pesimistas

Episode Summary

Seguimos adentrándonos en modelos mentales nacidos en la ciencia, pero aplicables a otros ámbitos de la vida. Y hoy toca la selección natural.

Episode Notes

(NOTAS DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/53-modelos-mentales-8-el-asesino-de-ideas-oceanic-815-y-los-cunados-pesimistas)

Hoy vamos a empezar hablando de algo de lo que jamás creí que hablaría: de geología

Y es que, a principios del siglo XIX, colisionaron dos corrientes científicas: el catastrofismo, que defendía que la Tierra se había moldeado a partir de eventos singulares como terremotos o inundaciones, y por otro el uniformismo o gradualismo, que defendía que la Tierra que vemos hoy es en realidad el resultado de pequeños procesos que existen hoy igual que han existido siempre. Cosas como el Sol, el viento, la lluvia, las olas... que de forma gradual y casi imperceptible, a lo largo de miles de millones de años, dan forma a nuestro planeta. Una especie de kaizen, pero geológico, vamos. 

En una época en la que la religión tenía aún un papel esencial en la forma de pensar occidental, inicialmente el catastrofismo tuvo mayor aceptación, porque encajaba mejor con la narrativa bíblica y parecía incluso confirmas cosas como el diluvio universal. 

Sin embargo, el trabajo de un geólogo escocés llamado Charles Lyell, empezó a cambiar las tornas. 

Lyell publicó sus Principios de Geología en 1830, un trabajo que empezó a declinar la balanza en favor del gradualismo. Y lo hizo aupándose a hombros de otra idea gigante: el tiempo profundo.

El tiempo profundo fue un concepto filosófico enunciado por otro escocés, James Hutton. Es un concepto muy simple y a la vez bastante sobrecogedor: el tiempo profundo, es la escala en la que se mide el tiempo geológico. Y es muy diferente a los tiempos humanos, que son insignificantes frente a los 4500 millones de años que lleva existiendo la Tierra.

Lyell tuvo una influencia radical en los pensadores de su época. Especialmente en uno: Charles Darwin.

Si la vida sobre el planeta se había desarrollado en una escala temporal similar a la geológica, pequeños procesos graduales podían explicar que hubiese tantas especies y tan diferentes entre sí. Y así nació una de las ideas más grandes de la humanidad: la selección natural. 

Hoy quiero hablarte de ella, pero no por explicar las especies que existen, sino porque es un marco mental que es aplicable a muchos órdenes de la vida. Sin ir más lejos, al mismo mundo de las ideas.